Felicito a las promotoras de este blog y agradezco la posibilidad que abren a las mujeres que, como yo, estamos interesadas en las cuestiones de género y de TICs a contribuir en él.
Me interesan, diversos aspectos relacionados con esta temática. Uno de ellos es el de la inclusión digital. Se trata de un tema candente, resaltado en todos los planes europeos de Sociedad de la Información (eEuropa2002, eEuropa2005, i2010), cuyo principal objetivo es, sin embargo, el que las TICs contribuyan al desarrollo económico de la Unión.
Todos los paises de nuestro entorno han asumido, en mayor o menor medida, este objetivo fundamentalmente político, de cerrar, o al menos reducir, la brecha digital existente. Pero muchos pensamos que la inclusión digital va más allá. El Reino Unido, por ejemplo, está trabajando ya en esta línea: no sólo hay que conseguir que todos los ciudadanos accedan en las mismas condiciones a los medios electrónicos, sino que hay que utilizar estos medios para reducir las brechas sociales, económicas y culturales en nuestros países. El reto para quien lo ve así, es conseguir que las TICs se utilicen para lograr una sociedad más cohesionada, más igualitaria.
Personalmente la brecha digital existente en paises como España me parece poco preocupante en comparación con las desigualdades que padecen algunos colectivos sociales y, entre ellos, como no, las mujeres, que son las que sufren con más fuerza y saña las desigualdades socio-económicas. Muy pocas octogenarias de nuestro pais utilizan Internet y constituyen un ejemplo claro de colectivo afectado por la brecha digital. Sin embargo es mucho más grave las condiciones personales y económicas en las que muchas de estas mujeres viven, en casi completa soledad y con ingresos inferiores muchas veces a los 400 euros mensuales. ¿Como podemos utilizar las TICs para mejorar sus condiciones de vida de forma significativa? Cuando demos respuesta a esa pregunta deberemos ponernos después a resolver la brecha digital que les afecta. Hacerlo antes es, en mi opinón, una frivolidad. Deberíamos trabajar un poco más en la creación de contenidos y de aplicaciones orientadas a facilitar la vida de los colectivos menos favoredidos: ancianos, ancianas, desfavorecidos físicos, enfermos, parados, emigrantes, personas en zonas geográficas deprimidas, niños con problemas escolares, entre otros muchos. La red, u otros nuevos medios electronicos, tienen y pueden convertirse en instrumentos de cohesión social. Quizás estemos en el momento histórico en el que haya que reflexionar al respecto y diseñar ahora el futuro de la Sociedad de la Información y construir con ella un mundo futuro más justo para todos y todas.